
Desperdicio alimentario: causas, consecuencias y cómo combatirlo
¿Sabías que casi un tercio de los alimentos producidos en el mundo acaban en la basura? Cada día se desperdician toneladas de comida en buen estado mientras millones de personas sufren inseguridad alimentaria. El desperdicio alimentario es un problema silencioso, pero con un enorme impacto ambiental, económico y social.
En este artículo abordamos de forma clara qué es el desperdicio de alimentos, por qué sucede, cuáles son sus consecuencias y qué podemos hacer —desde casa, las empresas y la sociedad— para combatirlo.
¿Qué es el desperdicio alimentario y por qué importa?
El desperdicio alimentario se refiere a los alimentos destinados al consumo humano que son desechados, ya sea porque caducaron, se estropearon, no se vendieron o simplemente no se aprovecharon. No debe confundirse con las pérdidas alimentarias, que ocurren en etapas anteriores de la cadena, como la cosecha, el transporte o el almacenamiento.
Aunque el desperdicio ocurre a lo largo de toda la cadena alimentaria, los puntos más críticos son:
- Supermercados y distribuidores
- Restaurantes y hostelería
- Hogares y consumidores finales
Combatir este problema no solo significa evitar tirar comida: implica reducir el uso innecesario de agua, tierra, energía y recursos para producir alimentos que nunca llegan a ser consumidos.
Principales causas del desperdicio de alimentos
Existen múltiples factores que provocan el desperdicio de alimentos. Algunos de los más frecuentes son:
- Producción en exceso: cultivos o productos elaborados sin un control ajustado de la demanda.
- Estándares estéticos estrictos: frutas o verduras descartadas por su forma o tamaño, aunque sean perfectamente comestibles.
- Errores en la logística o el almacenamiento: mala conservación, roturas de cadena de frío o mala rotación del stock.
- Desconocimiento del etiquetado: confusión entre fecha de caducidad y consumo preferente.
- Raciones excesivas o mal planificadas: tanto en hostelería como en hogares.
- Compras impulsivas: llenar el carro sin pensar en si todo podrá consumirse a tiempo.
Estos errores, aparentemente cotidianos, multiplican el impacto negativo a gran escala.
Las consecuencias del desperdicio alimentario en cifras
El desperdicio de alimentos genera un coste que va mucho más allá de lo económico. Estas son algunas de sus consecuencias más graves:
Impacto ambiental
- Si el desperdicio alimentario fuera un país, sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta, solo por detrás de China y EE. UU.
- Se estima que tirar comida equivale a desperdiciar el 25 % del agua usada en agricultura.
- Aumenta la presión sobre el uso de suelo, la deforestación y la pérdida de biodiversidad.
Impacto social
- Mientras se tiran millones de kilos de alimentos, 828 millones de personas en el mundo pasan hambre, según datos de la FAO.
- En España, más del 63 % de los alimentos donados por los Bancos de Alimentos provienen de excedentes perfectamente aptos para el consumo.
Impacto económico
- A nivel global, se pierden más de 900.000 millones de euros al año por alimentos que no se llegan a consumir.
- Para empresas, supone un sobrecoste de producción, gestión de residuos y pérdida de reputación.
Cómo podemos combatirlo desde casa, empresas y sociedad
La buena noticia es que todos podemos actuar. Aquí algunas estrategias clave:
En el hogar
- Planifica las compras y revisa tu despensa antes de salir.
- Aprende a interpretar correctamente las fechas de caducidad y consumo preferente.
- Guarda correctamente los alimentos y congela lo que no vayas a consumir.
- Cocina con lo que ya tienes y aprovecha las sobras con creatividad.
En las empresas
- Aplica un plan de prevención del desperdicio alimentario según la Ley 1/2025.
- Ajusta la producción a la demanda real y mejora la gestión del stock.
- Formaliza acuerdos de donación con entidades receptoras.
- Utiliza tecnología como PlanB, que facilita todo el ciclo de la donación: trazabilidad, logística, certificados y conexión directa con los Bancos de Alimentos.
Desde la sociedad
- Apoya campañas de sensibilización y educación alimentaria.
- Exige transparencia y compromiso a marcas, supermercados y administraciones.
- Participa en iniciativas vecinales o escolares sobre aprovechamiento alimentario.
Ejemplos de soluciones reales que ya están funcionando
- Restaurantes que ofrecen menús con producto de descarte estético.
- Supermercados que aplican descuentos a productos con fecha cercana.
- Apps y plataformas como PlanB, que evitan el desperdicio conectando excedentes con quien los necesita.
- Bancos de Alimentos, que llevan más de 30 años recuperando alimentos y repartiéndolos donde más falta hacen.
Solo en 2024, se recuperaron más de 73 millones de kilos de alimentos excedentes en España gracias a estas entidades
El desperdicio alimentario no es un problema lejano, inevitable o exclusivo de las grandes cadenas. Es una responsabilidad colectiva que afecta al planeta, a la economía y a las personas más vulnerables. Y lo mejor es que combatirlo está en nuestras manos.
Desde PlanB trabajamos cada día para ofrecer soluciones digitales, logísticas y sociales que convierten excedentes en recursos útiles. Porque creemos que cada alimento cuenta… y cada gesto también.
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